jueves, 31 de diciembre de 2009

Gentuza


Buscando la información del tiempo, tropecé hace unos días con el final de una tertulia sobre la crisis, en el informativo de la cadena emblema de la información “veraz” a la “yanqui”: CNN.

El programa estaba terminando y llegué cuando uno de los tertulianos (no recuerdo su nombre, aunque lo mismo da, pues las opiniones de estos ganapanes a sueldo, se parecen entre sí como dos gotas de agua) sintetizaba su receta para salir de la crisis. Dos ideas la resumían: La primera, que el Gobierno no es eficaz en su gestión, porque “está demasiado pegado a los sindicatos” (sic) y estos, negocian únicamente en interés de los trabajadores que viven segura y cómodamente adormecidos con su empleo fijo, los mismos trabajadores que les votan. Por eso, los sindicatos no hacen caso a los más de cuatro millones de parados que no tienen la posibilidad de votarles y, por lo tanto, de influir en ellos.

La segunda, a modo de conclusión: sólo saldremos de la crisis con una reforma laboral que iguales las condiciones de los fijos con la de los precarios, acabando con el “conformismo” “egoísta” de los que tienen contrato indefinido. Y esa reforma, solo será posible si el Gobierno deja de ceder al chantaje de los sindicatos e impone las medidas que la economía nacional necesita, por traumáticas que estas sean (vamos, lo mismo que dice la patronal, el PP y una buena parte de los dirigentes del PSOE).

Resulta verdaderamente nauseabunda la campaña brutal de los medios de desinformación e intoxicación de masas, dirigida a crear un clima apropiado que justifique nuevas medidas contra la mayoría trabajadora. De esta campaña desvergonzada, destaca el empeño en culpabilizar de la crisis a los trabajadores y acusar de insolidarios e irresponsables a los mismos sindicatos cuya responsabilidad y seriedad alababan hace apenas unos meses, cuando tragaban, consentían o firmaban pactos y reformas que engordaban la cuenta de bancos y grandes empresarios, a costa de los derechos de aquellos.

Esta sistemática campaña de manipulación informativa, intenta salvar la cara de la gran patronal financiera y empresarial y de la clase política de la monarquía, corrompida hasta los tuétanos. De hecho, el mismo día en que el desvergonzado tertuliano largaba su receta, todos los informativos hablaron del drama de cientos de personas abandonadas en tierra por la compañía Air Comet, de Díaz Ferrán, tras haber pagado sus billetes,

La deuda de 100 millones de euros que deja su gestión en la aerolínea, los 16 millones en cuotas impagadas a la Seguridad Social (que, a juicio de la Audiencia Nacional, ese tribunal experto en condenar abertzales y omiso en procesar a los Botines de turno, no son una cantidad significativa como para procesarle), o su negativa inaceptable a cumplir con la obligación de transportar a quienes habían pagado su pasaje, a pesar de la autorización de los bancos acreedores, ocupaban una parte mucho menor de la información. Tampoco estos medios “independientes” resaltaron que uno de los estafadores que habían abandonado en la terminal de Barajas a siete mil personas y dejado en la calle, sin empleo, a seiscientos trabajadores, era, nada menos, que el presidente de la patronal, CEOE.

Menos aún informaban sobre su “aventura” en Aerolíneas Argentinas, que compró por un euro (sí, ciento sesenta y seis de las antiguas pesetas) al Gobierno Aznar, ni sobre los 700 millones de dólares de préstamo de la SEPI para reflotarla, la utilización fraudulenta de una parte de ese préstamo o los cuatro cientos millones de dólares de deuda que, según los actuales gestores de la aerolínea, habría dejado tan eficaz empresario, cuando el Gobierno argentino expropió la compañía a finales del año pasado.

Debieron considerar que esa era información “poco significativa”, que podía abrumar al oyente. Y conviene que éste no olvide que el verdadero culpable de la crisis, no es la clase oligárquica que ha hecho negocio con métodos propios de la mafia, ni las instituciones que lo han consentido o los políticos a sueldo, sino el egoísmo del trabajador fijo y de los sindicatos.

Sobran comentarios sobre la catadura moral de estos tipejos, que pontifican sobre lo divino y lo humano, a tantos euros la opinión, Lo suyo no tiene nombre, bueno sí: gentuza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario