domingo, 14 de marzo de 2010

¿ÉSTO LO ARREGLAMOS ENTRE TODOS?


P. Recife

Cabezas visibles del capitalismo como Garrigues Walker, Gómez Navarro,
Guillermo de la Dehesa y Miquel Roca han dado pie a la Fundación
Confianza con el fin de salir cuanto antes de la crisis
según sus portavoces.

El buque insignia de la fundación es la web y campaña publicitaria (4,6
millones de euros) “esto solo lo arreglamos entre todos” con la que nos
están bombardeando a diario. Y, por si fuera poco, una veintena de
entidades financieras y patronales (BBVA, Endesa, Telefónica, Caja
Madrid, Mercadona, El Corte Inglés, Mapfre, etc, etc) son las que ponen
la pasta gansa –se habla de 60 millones de euros- para mantener el
asunto lo que haga falta. Los medios de comunicación, haciéndoles la
cama, han destacado “el positivismo y optimismo que rebosa, además
de un poco de esperanza y de ilusión” y “Que uno no encuentre
trabajo y le vayan las cosas mal, no es motivo para arremeter contra
una página web, carente de maldad
, cuyo único cometido es dar algo
de luz ...
” (el subrayado es nuestro).

Los plumíferos del capital hacen bien su labor de confusión. Refuerzan,
con toda la mala baba, los argumentos que leemos en la web: “Queremos
arreglar esto, y no vamos a esperar a que nadie lo haga por nosotros.
Porque si no lo arreglamos nosotros, ¿quién lo va a hacer?”…, “Llevamos
demasiado tiempo viendo en todas partes lo mal que está todo. Es casi
lo único que nos cuentan. Pero la crisis no solo está ahí fuera,
también está en nuestras cabezas. Nos ha hecho perder la confianza, nos
ha contagiado el pesimismo, el desánimo”..., “ Esto es lo primero que
debemos arreglar, queremos recuperar la confianza”. “Tenemos motivos
para animarnos. En esta web encontrarás muchos
” Y, claro está,
ocultan las verdaderas razones de todo este tinglado de propaganda
capitalista (significativo es, que de hecho, no haya una sola
organización, asociación o plataforma popular en esa fundación). Que
además utilicen la colaboración, consciente o no, de escritores,
presentadores, cocineros y otras personas mediáticas no les da la razón
ni hace sus argumentos más válidos.

La clase obrera, los ciudadanos en general, solo pueden ver en esta
campaña una manipulación y un insulto a su cada vez mas deteriorada
situación. Los mismos que promocionan esta campaña son los que
despiden, bajan salarios, quieren imponer una jubilación a los 67 años,
un despido más barato, privatizan la sanidad o deterioran la educación,
pagan menos impuestos que nadie y obtienen unos beneficios y pensiones
escandalosos, por citar solo algunos aspectos de su catadura.
Mientras, la clase obrera, el pueblo, vive la crisis quedándose sin
trabajo, sin vivienda, sin recursos, pasando hambre y con una negra
perspectiva de futuro. Esta y no otra es la realidad, lo disfracen de
falta de confianza o de estado mental (¿?) personal.

Afirmar, como hacen estos neohagiográfos, que esta campaña es “carente
de
maldad
” es simplemente una mentira. Esta campaña ha nacido
con la peor de las intenciones para nuestra clase, ha salido lanzada
para adormecer a las clases populares y hacerlas creer que ayudando a
solucionar la crisis que ellos han creado vamos a vivir mejor. El
objetivo de la clase obrera y del pueblo no es solucionarles sus
problemas
(como ha hecho el gobierno dándoles miles de millones
de euros de todos); si no los nuestros, que pasan por hacerles pagar su
crisis, derrocarlos e imponer un poder popular que, hoy y aquí, solo
puede ser una República Popular y Federal.

Llevan razón cuando dicen que no podemos esperar que nadie lo haga por
nosotros. Sin embargo, obvian deliberadamente la lucha de clases, que
cambia radicalmente el enfoque que se da a la frase: solo nosotros,
solo la unidad obrera y popular podrá acabar con sus privilegios y de
quienes los representan. Y la confianza que debemos recuperar no es en
ellos ni en sus cuentos de hadas, si no en nuestra fuerza como clase,
en nuestra capacidad organizativa y unitaria. Lo deja claro “La
Internacional
”:

“Ni en dioses, reyes ni tribunos/ está el supremo salvador/ Nosotros
mismos realicemos/el esfuerzo redentor”.


Esta campaña, como tantas otras que últimamente proliferan como setas
desde el gobierno, partidos y organizaciones afines a las clases
dominantes, solo tiene un objetivo: engañar y equivocar al pueblo.
Seamos vigilantes y no caigamos en sus trampas.

La única esperanza para nuestro pueblo es traer la III República, la
única que puede garantizar nuestros derechos.

Pongámonos a la tarea.

Tomado del periódico Octubre nº34

2 comentarios:

  1. Camaradas:
    Apoyo la causa y puedo divulgarla desde mi blog que es político-humorístico.
    Los invito a conocerlo y, si están de acuerdo, podemos hacernos seguidores mutuos.
    ¡Hasta la victoria siempre!

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  2. Totalmente de acuerdo, un abrazo fraterno desde Madrid.
    Salud y revolución

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